NIÑO NUEVO

NIÑO NUEVO

El “Niño Nuevo” es el símbolo del nacimiento anunciado para este tiempo en apocalipsis 12: una MUJER VESTIDA SOL, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una Corona de Doce Estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento… Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.” 

Este nacimiento está contenido en la profecía de Benjamín Solari Parravicini en esta hora que determina para el “joven y hombre en madurez” el dejar de “ser muñeco” del mundo, quedando atrás su debilidad ante las tinieblas que antes lo dominaron. Igual sucede con los hombres y mujeres que han emprendido una búsqueda para enriquecer sus espíritus, dejan de ser “muñecos” sin identidad al abandonar sus vicios y superar sus defectos, al triunfar sobre sus emociones y transformar su pensamiento hacia la Verdad de su YO INTERIOR que ya comprenden, dejando para siempre el mundo de miseria y mentira que antes los esclavizó.  

Las Potestades Eternas, de las cuales viene el conocimiento de la Lógica de la Lógica, también anuncian este nacimiento al señalar: “Ya ha nacido en vuestras tierras el Nuevo Hombre, mutante por excelencia, con resplandores codiciables, con brillo interior, con Luz Eterna. Os estamos dando por LEY, EL AMOR Y LA COMPRENSIÓN, tomadlos y dejad atrás las viejas envolturas que sólo os han traído desolación y ruina. Revestíos con Alas de Eterno Fulgor. Sed osados y valientes al ensayar el Nuevo Vuelo. No repitáis los errores del pasado. Cultivad los atributos de majestad Creadora en el dorado amanecer”. 

Así nace el Nuevo Hombre, el que el Dragón inútilmente intenta devorar tan pronto como nazca, pero no lo logra porque este hijo varón, que son los hombres y mujeres que nacen de sí mismos, es arrebatado para Dios y su Trono, pues son del Cumplimiento Final que es sentencia para las tinieblas y estas ya no les tocan, pues el Nuevo Hombre se ha perfeccionado en la Luz.

Yo soy un hombre que ha puesto, como muchos de ustedes, su voluntad en acción para nacer de nuevo, en esta hora dejo de “ser muñeco” y recobro mi identidad de estrellas para tomar la responsabilidad de llamar a los que son de esta verdad, quienes la escuchan en esta VOZ DE TROMPETA y la reconocen porque saben que a Ella pertenecen. Esta es la Verdad que no es propiedad de ningún hombre en particular, es de todos y está dispuesta para quienes la puedan entender y encarnar.

El Niño Nuevo.